AMÉRICA LATINA: Crecen los incendios en la Amazonía que ya afectan a Paraguay, Bolivia y Brasil.
Los tres países están en alerta ante el avance del fuego. Debieron suspender las clases en las zonas cercanas.
El Ministerio de Educación y Ciencias de Paraguay anunció que las instituciones educativas cercanas a las zonas afectadas por incendios en el país suspenderán las clases presenciales y recomendó al resto que evite la exposición de los alumnos y de su personal al aire libre, debido a la capa de humo que cubre gran parte del territorio nacional.
En una circular publicada ante las orientaciones dadas a conocer por el Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social, el despacho de educación recomendó a los centros cercanos a los lugares donde se reportan puntos de fuego que suspendan las actividades en persona “hasta que se normalice la calidad del aire” y que procedan “con las clases virtuales o a la distancia”.
“En las demás zonas, evitar la exposición al aire libre” en actividades como el recreo, educación física, deportes, recreación cultural o de otro tipo, “considerando los efectos nocivos que puede causar en la salud respiratoria y ocular”, agregó la comunicación.
También recomendó a las familias de los estudiantes y al personal docente el uso de tapabocas y a los que sufren de problemas respiratorios o alergias, “tener acceso a medicamentos y, de ser necesario, consultar con su médico”.
En la jornada de ayer, el ministro del Ambiente y Desarrollo Sostenible de Paraguay, Rolando De Barros, dijo que el humo que cubre vastas zonas del país, en particular Asunción, procede de los incendios que afectan en los últimos días a Bolivia y Brasil.
El funcionario participó este lunes de una reunión en la residencia presidencial junto a representantes de distintas instituciones asignadas por el Ejecutivo a la atención de un incendio de grandes magnitudes que afecta una zona de la región del Chaco (oeste), fronteriza con Bolivia.
Las llamas, según el Instituto Forestal Nacional (Infona), han arrasado en esa región con unas 84.000 hectáreas de bosques nativos.
La emergencia se originó desde el pasado 2 de septiembre en el sector conocido como Chovoreca, municipio de Bahía Negra, en el departamento de Alto Paraguay (noroeste), detallan los informes oficiales.
LA SITUACIÓN DE BOLIVIA
El presidente de Bolivia, Luis Arce, instruyó la contratación de aviones cisterna para que se sumen a la lucha contra los incendios en el país, que han destruido 3,8 millones de hectáreas de bosques y pastizales, según estima el Ejecutivo -mientras que algunas fundaciones privadas calculan la pérdida en más de 4 millones-, por lo que el Gobierno declaró una “emergencia nacional”.
“Informamos al pueblo boliviano que instruimos al Ministerio de Defensa realizar la contratación de aviones cisterna para reforzar nuestra lucha contra los incendios en el país”, anunció el mandatario en la red social X.
Arce confirmó que ya están en Bolivia 60 bomberos forestales brasileños que se suman a los 3.000 bolivianos que trabajan desde hace varias semanas en las zonas más afectadas y anunció que en los siguientes días llegarán otros de Chile, Venezuela y Francia.
“Seguiremos trabajando para mitigar el impacto de los incendios, proteger nuestros ecosistemas y garantizar la seguridad de las comunidades afectadas”, apuntó el mandatario.
El Gobierno declaró el fin de semana la “emergencia nacional” para recibir de la manera más rápida la ayuda internacional que incluye el envío de aeronaves, bomberos, equipamiento y expertos para combatir los incendios.
Algunas fundaciones privadas estiman que el fuego ha consumido 4 millones de hectáreas en lo que va del año debido a las quemas o ‘chaqueos’, que son un práctica autorizada para preparar terrenos para el cultivo o ganadería, mientras que el Gobierno ha calculado la pérdida de 3,8 millones de hectáreas de bosque y pastizales.
Incendios provocados
Los incendios forestales no son accidentales, al contrario, son provocados para preparar la tierra para cultivos agrícolas -una práctica que en Bolivia se denomina “chaqueos”- y muchas veces las quemas se expanden por la sequía y los vientos. Esta práctica tradicional está amparada en varias leyes que permiten las quemas y desmontes, y que varias organizaciones de la sociedad civil exigen al Gobierno abrogar. Los incendios son recurrentes desde hace varios años. En 2019, el peor año, se quemó una superficie superior a 5 millones de hectáreas.
LA AMAZONIA BRASILEÑA, ENTRE LA SEQUIA Y LOS INCENDIOS.
La Amazonía brasileña sufre de nuevo una sequía extrema que amenaza con agravarse en los próximos meses. En Manaquiri, cerca de Manaos, ya hay lechos de río secos, peces acorralados y una veintena de comunidades rurales aisladas.
Después de un 2023 dramático, Brasil enfrenta este año la peor sequía desde 1950 y una de las partes del país más golpeadas es la región amazónica, según los datos Centro Nacional de Vigilancia y Alerta de Desastres Naturales.
En el estado de Amazonas, el Gobierno ha decretado “situación de emergencia” en sus 62 municipios por la sequía y los incendios forestales. Los especialistas meteorológicos ya lo habían anticipado y se ha confirmado.
“Todo indica que tendremos una sequía muy grave. Los ríos van a bajar como nunca antes han bajado”, alertó el gobernador de Amazonas, Wilson Lima.
Con la grave sequía se han multiplicado los incendios. Este domingo había 3.640 focos activos en todo Brasil, la mitad de ellos en la Amazonía, el mayor bosque tropical del planeta. Solo en el estado de Amazonas eran 237.
En otras zonas del país, las llamas también avanzan. Un incendio ha calcinado en cuatro días alrededor de 10.000 hectáreas del parque nacional Chapada dos Veadeiros, cerca del Distrito Federal de Brasilia, que este domingo volvió estar envuelta en humo.
San Pablo y Minas Gerais, los dos estados más poblados de Brasil, han movilizado además a un gran número de efectivos para combatir los incendios forestales en sus territorios, sobre los cuales hay sospechas de que muchos de ellos han sido provocados.
Según la Organización Mundial de la Salud OMS, las partículas de PM2,5 son finas (con menos de 2,5 micrómetros de diámetro) y suponen un riesgo mayor para la salud a largo plazo, porque pueden inhalarse y alojarse profundamente en el sistema respiratorio. La organización señala que la exposición al aire contaminado puede provocar infecciones respiratorias, problemas cardiovasculares, accidentes cerebro vasculares y cáncer de pulmón.
FUENTE: INFOBAE.